martes, 3 de enero de 2012

1x03 - Enter the Daster.

-¡¡¡PARA!!!-gritó con todas sus fuerzas Dani-.
-No estamos infectados- le dijo Alberto con gran nerviosismo.
-Perdonadme, pensaba que erais otra pareja de zombis –dijo el extraño mientras que apartaba el destornillador y ayudaba a Alberto a levantarse-. ¿Erais vosotros los que habéis abierto la puerta de un golpe?
-Si –dijeron Alberto y Dani al unísono-.
-Estábamos revisando las habitaciones para evitar sustos parecidos a este –aclaró Alberto.
-Bueno, creo que es momento de que me presente. Soy Javi, pero me llaman Daster.
- Yo soy Alberto.
- Y yo Dani.

Había un silencio sepulcral cuando se escuchó el crujir de la silla que estaba en la puerta y los tres se asomaron. Contemplaron cómo la débilmente asegurada puerta temblaba como si alguien estuviera embistiéndola desde fuera. Los tres supervivientes agarraron sus pertenencias y siguieron a Daster.

-Venid, por aquí hay una salida.

Recorrieron el corto pasillo de la casa y entraron a una habitación. Estaba un tanto desordenada y sucia. El suelo cubierto de cajas de cartón, la encimera llena de papeles, incluso había latas de comida abiertas.

-Menuda pocilga, ¿vivías aquí? -Preguntó asqueado Dani.
-¿Qué importa si no vas a tener una suegra que venga a quejarse? -Contestó jocoso Daster.

Éste agrupó todos los papeles y los depositó en el suelo sin hacer ruido, se subió a la encimera y abrió una pequeña ventana.

-Mierda, no conté con que había una mosquitera -Se quejó -¿Tenéis algo para quitarla sin hacer ruido?

Alberto sacó de un bolsillo su navaja multiusos y se la prestó a Daster.

-Trátala bien, nos puede sacar de apuros como este.

Daster clavó de un golpe seco el cuchillo en la mosquitera y, poco a poco, fue cortándola, pero de un golpe brusco se agachó dejando clavada la navajilla.

-¡Shhh! Silencio -Susurró.
-¿Pero qué pasa? ¿Qué te dije de la navaja, cabrón?.
-Hay dos de esas cosas deambulando ahí fuera, no podemos permitir que nos vean u oigan, esperaremos un momento a que se alejen -Explicó.

Después de unos instantes, al ver que no había peligro, Daster terminó de cortar la mosquitera.

-Voilà, aquí está la salida.
-Preferiría salir por la puerta y cargarme al podrido ese, odio las cosas así -Comentó Dani.

Una vez salieron los tres por la ventana, se dirigieron a unos coches aparcados para esconderse y pensar qué hacer. Una vez allí se agacharon y comenzaron a hablar en voz baja. Alberto sacó un mapa de su mochila.

-Mirad chicos, estamos aquí y, como veis no hay nada interesante alrededor, solo viviendas y calles sin salida -Explicó.
-Bueno, pues nos podemos dirigir hacia aquí, hay un polideportivo con bastantes instalaciones, quizás tengan una cocina y duchas, que estoy sucio -Propuso Dani.
-¡Ah, sí! A ese sitio iba yo hace unos años a hacer atletismo, menudo peñazo era -Comentó Alberto -Por mí de acuerdo, quiero comer algo.
-Hay tres caminos posibles...... uno es por la calle de allá, que sube todo recto y luego baja. Es una calle muy amplia y nos dará libertad para movernos y esquivar a los zombis... pero también hay que tener en cuenta que al ser un sitio más abierto, seguramente haya más.... también podemos ir por esa calle de allí.... no es tan amplia y da un poco más de vuelta hasta llegar al polideportivo.... y la última opción es coger la calle ancha y atajar por las callejuelas entre edificios.... ahí pueden rodearnos, pero quizá no haya muchos -Dijo Daster señalando en el mapa.

Los dos asintieron. Daster dobló el mapa y lo introdujo en la mochila de Alberto, pero cuando el ruido del papel cesó, dejó paso a un ruido de pasos arrastrados que se acercaba lentamente. Alberto alzó la cabeza y vio a través del cristal un par de zombis andando hacia su posición.



Fin del capítulo 1

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